LUCIFER FRAGMENTADO
Jesús Briceño Briceño nos propone aquí un texto de Jonuel Brigue, escrito en 1968 en México y publicado en la Revista Literaria Talud n° 4, año II, Mérida, agosto de 1970. En ese comité estaba Gabriel Jiménez Eman y Luis Alberto Farías. Dirigía Orlando Flores y Naudy Lucena. Sigue luego un comentario de Wilmer Zambrano.
Acepto - bueno, aceptando, si aceptara, poniendo por caso que así fuera, tú versión (mía) del origen, te (me) pregunto ¿por qué, cómo tu, yo?
Acepto: caíste, caí, caída. De la corona gloriosa entorno de la cabeza del anciano. Caída refulgente. Derrame luminoso. Chispas, gotas descendiendo en todas direcciones. Soles, nebulosas, galaxias, cayendo en todas direcciones. Todo movimiento un resbalar incontenible (gravitación hacia la nada inalcanzable) y dentro de cada movimiento un chisporroteo fragmentador.
Acepto: Yo (tú) sol, relámpago, yo (tú) inclinado sobre el vértigo de algún momento de mí tú esta chispa. Pero, ¿por qué la extrañeza? No te reconozco no me reconoces no me reconozco no te reconoces. ¿No habrá además de mí (tí) otro, otredad, alteridad? "No", dijiste (dije), "la danza de las llamas es solitaria, no hay más que una danza llameante, cayente, siempre, desde siempre, para siempre, llama, danza, tiempo".
Acepto – es decir, si aceptare – tu (mi) versión del origen, ¿por qué tú, yo?
Tú (yo) sol, girasol, oro. Yo (tú) en todos estos rostros macilentos, en todas las palabras, en todos los movimientos, separación, caída. ¿Cómo? ¿Tú igual yo y sin embargo disgregación? Me (te) pregunto, inclinado sobre el vértigo de mí tú esta chispa aquí ahora, ¿podrá el recuerdo de la corona escondida en tu (mi) versión del origen, podrá el amor (yo tú) reconstituir? ¿Puede el rayo (tu yo amor) torcerse y encontrar su principio? ¿Todos los rayos no abrirse interminablemente en el vacío, sino volver a rodear la cabeza cana del día?
Aceptas – bueno, si aceptaras – mi (tu) versión del origen, te llamo, llamé, llamaré, llamaría en la próxima inclinación del vértigo y te (me) volveré a preguntar.
Comentario de Wilmer Zambrano a este texto:
Es asombroso y hermoso este texto, Jesús. Gracias.
Esta es la semilla de libros como "Anfisbena, culebra ciega", en los que se trata muy profundamente la pregunta por lo uno y lo múltiple. Por lo que es singular y sin espacio de tiempo se vuelve plural. Es Plotino en la cabeza del profesor martillándole preguntas sobre el ser, el origen, lo luminoso y lo oscuro, el centro y la periferia, la caída en lo múltiple y la posibilidad de rehacer nuestros pedazos.
Hermoso.
Poético sí, filosófico, también, tal vez sea lo mismo para tratar de llegar al origen.
Cuadro de Nelly Renaud
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