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CONVERSACIONES SOBRE LA CUARESMA 5

CUARESMA MANJUNATHA


La cultura religiosa tibetana es predominantemente budista, aunque conserva profundas raíces ancestrales provenientes del animismo Bon; por lo tanto, el ayuno no figura para los tibetanos como una práctica espiritual. El Buda no recomendó el ayuno, o cualquier otra práctica de mortificación de cuerpo.


Siddhartha Gautama practicó el ayuno durante 5 años, llegando al extremo de convertirse en un esqueleto viviente y no logró lo que prometía la enseñanza ayurvédica.


Esta sostiene que somos un espíritu atrapado en un cuerpo ilusorio, Maya, y que privando al cuerpo de sus placeres naturales se libera el espíritu del apego y el engaño, alcanzando así el Nirvana. Luego de 5 años de ayuno extremo, Siddhartha se dio cuenta que estaba a punto de morir y no había logrado ni despertar, ni liberarse de la ilusión del Samsara. Comió y renovó sus fuerzas para seguir en la búsqueda. Despertó al descubrir que el constructor de la cárcel del Samsara es la conciencia centrada en Yo, que impulsivamente busca refugio, identidad y devenir en nuevos cuerpos materiales y mentales. Y cantó su Canción de la liberación:


CANCIÓN DE LA LIBERACIÓN

Muchas casas de vida me han sostenido,

Buscando siempre al constructor,

De esta cárcel sensorial envuelta en sufrimientos,

¡Dolorosa fue mi incesante lucha!

¡Pero ahora!

Tú, constructor de este tabernáculo, ¡a tÍ

Te conozco! Nunca más construirás de nuevo

Esas paredes de dolor,

Ni levantarás el techo de engaños,

No pondrás nuevas vigas sobre arcilla.

Rota está tu casa,

¡y la viga cumbrera está quebrada!

¡Diseño de ignorancia!

¡Seguro, paso ahora a obtener la libertad!

(Traducción del inglés, Manjunatha)


Para la liberación, enseño el Camino Medio, a través del cual se busca la trascendencia evitando los extremos de autoindulgencia o mortificación del cuerpo. Toda la enseñanza del Buda exige ese equilibrio en el esfuerzo, que cada quien debe encontrar por sí mismo. En relación a la comida, por ejemplo, decía que había que comer sólo para sustentar el cuerpo y mantenerlo saludable, no como entretenimiento sensual. Esto no implica que hay que sufrir al comer. El equilibrio es tarea sutil y de cada quién en su intimidad. Lograr darse cuenta de las neurosis y malas costumbres que tenemos en nuestra forma de sustentarnos es muy importante.


Ahora bien, como la verdad está mejor dicha en la contradicción, habiendo dicho que no se practica el ayuno en la tradición budista tibetana, afirmo ahora categóricamente que sí se práctica, con mucho rigor y para toda la vida. Hay una enseñanza tibetana que explica los tres principios fundamentales de la purificación del corazón: Ayuno o Renuncia, Compasión y sabiduría de la Vacuidad.


Sin embargo, el propósito no es de penitencia, ni sacrificio, ni sufrimiento para complacer a Dios. Entendiendo que nuestra Libido, impulso o deseo de vivir, viene contaminado de tres influjos venenosos, Asravas en sánscrito, causados por la idea errada de ser centro de conciencia y las costumbres profundamente arraigadas de nuestra humanidad, asumimos entonces individualmente la gran responsabilidad de ir purificando esos venenos de nuestro cuerpo físico, verbal y mental. Esto se logra siguiendo rigurosamente el Sendero Óctuple para llegar a ser conciencia liberada sin centro ni periferia.


Los 3 Asravas son: Sed de placeres sensuales, avidez por existir e ignorancia espiritual. Estos tres venenos contaminan nuestra energía vital, impulsándonos a crear la propia cárcel y a atarnos de pies, manos y conciencia a los grilletes kármicos. Cada quien, desde la luz que le dé su conciencia, va asumiendo el sendero de purificación, comprometiéndose con preceptos que por un lado limitan la expresión de energías contaminadas con odio, neurosis, obsesión, y por otro, encausan expresiones de energía pura, no egoísta, que elevan el nivel de vibración de su ser. Esto conlleva a que pueda experimentar la expansión de la conciencia más allá de lo sensual material, donde hay sosiego, plenitud, y desapego a la comida, al sexo, al divertissement, como fuente de bienestar. Es aquí, en los primeros pasos del Sendero Óctuple donde se hace el mayor hincapié en el ayuno, o la privación, abstención de acciones contaminadas que generan grilletes kármicos. El propósito de esta primera etapa es concentrar y fortalecer la voluntad con ejercicios de Renuncia a lo decadente.


Así se practica el Ayuno en la tradición budista. Los monjes, por ejemplo, se comprometen con un código de conducta que contiene alrededor de doscientos cincuenta preceptos que constituyen una vida completamente comprometida con la liberación. Entre los cuales está:

- Abstinencia de relaciones sexuales

- Subsistir comiendo lo que les sea dado

- Comer sólo desayuno al aclarar el día lo suficiente que se puedan ver las líneas de las manos

- Almorzar antes del mediodía

- No cenar

- No guardar comida de un día para otro

- No pedir comida, sino pararse calladamente al lado de la puerta de las casas, tocar y esperar un rato. Si no recibe nada, irse tranquilamente a buscar la puerta de otra casa

- No escoger las casas, ni crear el hábito de preferencia


Subsistir dependiendo sólo de lo que se recibe en el Cuenco, se transforma en una práctica maravillosa que obliga a enfrentar miedos profundos emparentados con la ignorancia espiritual, el orgullo, la soberbia y la vanidad.


Los cuarenta días de Jesús en el desierto se pueden comparar a un retiro budista en aislamiento y soledad, dedicados a la meditación y a la contemplación. Simplificando la necesidad de sustentar el cuerpo comiendo sólo una vez al día, una taza de avena remojada en leche de soya, con frutos secos y un poco de fruta para la cena. Una taza de té al inicio del día. Estos retiros se pueden acortar o alargar de acuerdo con la capacidad y fortaleza espiritual de la persona. Esta práctica tiene garantía de éxito en términos de acceder a estados de pureza, de conciencia lucida y expandida desde los que se puede captar una realidad sublime e inasible, que nos permitirán descubrir, o al menos intuir, que somos más que un espíritu atrapado en un cuerpo material pecaminoso.


ARTISTA

TSHERIN SHERPA (1968, Katmandú), radicado en San Francisco, domina la tradición del thangka pintado tibetano, formado desde muy joven por su padre, el maestro Urgen Dorje, un famoso artista de thangka de Ngyalam. Su trabajo trata temas contemporáneos de la experiencia de la diáspora tibetana, como el desplazamiento y la pérdida del patrimonio cultural. Sherpa pinta demonios, espíritus y deidades de la tradición tibetana que funcionan como una exploración del desapego y alejamiento de la diáspora tibetana de su tierra natal. En su primera exposición individual en el Tibetan Spirit, Sherpa cuestionó "cómo entendemos los objetos hoy como obras de arte o por devoción". Su trabajo se basa en los mismos principios ilustrados por Andy Warhol o Marcel Duchamp; en esencia, cuestiona nuestras percepciones cambiantes de objetos e ideas.

@tsherinsherpa



RECETA


SOPA DE FIDEOS O RAMEN DE CUARESMA

Una vez intenté hacer esta sopa con Eduardo en plena cuaresma y Eduardo se molestó conmigo porque por error le iba a poner yo ajo porro y cebollín a la preparación. Eduardo indignado recurrió hasta a un libro de Paracelso para explicarme por qué no debíamos usar esos ingredientes. Yo sentí que la sopa no quedaría igual pero como saben, ”La ignorancia es atrevida.”



INGREDIENTES

· 60 gr de fideos por persona. Preferiblemente fideos celofán de esos que venden en los chinos, pero sirve cualquier fideo siempre y cuando no sea hecho con huevo. Yo usaría vermicelli o una pasta más s gruesa pero siempre larga. Esos tipo cabello de ángel me parece que no sirven para la idea del plato.

· 100 gr de zanahoria en julianas más 20 en rueditas

· 150 gr de celery picado en juliana más 20 gr en un trozo entero

· 100 gr de cilantro más la raíz bien lavada

· 1 tomate pequeño por persona

· 1 berenjena mediana

· 100 gr de pimentón en juliana más 20 gr en un trozo

· 50 gr de champiñones más 1 entero

· 200 gr de repollo puede ser incluso tipo rizado o pak choi de ese chino

· 100 gr vainitas

· 60 gr de champiñones frescos

· Aceite de sésamo

· Opcional: hoja de nori en julianas


PREPARACIÓN

En una olla poner 3 litros de agua, ahí poner la raíz de cilantro, y los extras de cada ingrediente: celery, zanahoria, pimentón, el champiñon. Poner a fuego medio aproximadamente 15 minutos. Apagar, dejar reposar 10 minutos, colar y reservar.

Poner los tomates a quemar a la llama directa, o en una plancha o budare, la idea es que se queme un poco la piel, que se chamusque. Reservar.

Cocinar la pasta si es tradicional en agua dejándola al dente. Si son fideos celofán poner en un bowl cubrir con agua hirviendo por el tiempo que indique el paquete de pasta.

Cortar la berenjena en ruedas finas, poner en el grill engrasado, reservar.

Armar el ramen. Poner en el centro de un plato hondo la pasta, poner las julianas decorativamente a los lados de la pasta, poner un tomate entero las ruedas de berenjenas unas 3 o cuatro por persona. Láminas de champiñones, las algas nori si las usa, gajitos de cilantro, poner el caldo caliente y colado y terminar con una gotas de aceite de sésamo.


ANTONIO GÁMEZ

Cuaresma 2023


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