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MI CUARESMA

Ya se acerca la cuaresma. Para mí ya es algo grabado en mi reloj biológico.

El paso a otro estado del vivir, lleno de sorpresas y descubrimientos.

De dolores enterrados en mi cuerpo y en mi alma que pueden expresarse con amplitud y tolerancia.

Una época de lucha inicial de las toxinas en mi organismo que reclaman la continuación de su gobierno y va dando paso a una mansedumbre nutrida por los alimentos más humildes y la aceptación de la renuncia, temporal, a otros placeres.

Siempre es un Juan el que entra a la Cuaresma y otro el que la completa.

Inicia un miércoles, el de ceniza, luego de un prolongado fin de semana que se extiende hasta el lunes y martes de carnaval, durante el cual todo está permitido.

Ante la sorpresa y rebeldía del cuerpo por lo que han decidido hacerle, aparece rápidamente el ayuno absoluto entre la primera estrella de la tarde del jueves hasta la primera estrella de la tarde del viernes. Tiempo infinito, difícil de llenar, sobretodo porque en esta fase se restringe el acceso a medios de información a estímulos que vengan del exterior…

El primer desayuno del primer viernes de cuaresma es determinante. El cuerpo se entrega y agradece el poder beber agua, el poder comer una fruta. Intuye que lo que viene a continuación va a ser algo difícil, reposado y benéfico.

Comienza la cuenta de días y semanas, para llegar a la mitad, para acercarse al final y retornar de nuevo al mundo de afuera, el mundo de los demás…

Las primeras semanas son de mucha lucha, dolores de cabeza, malestar. Luego, el cuerpo accede a una ligereza muy agradable en todos los procesos metabólicos. La digestión, el sueño, requieren menos y el tiempo se expande. La sensorialidad también. Los olores de las cocinas vecinas cruzan muros y ventanas y saben dónde encontrarte. La visión de un color, la armonía de un sonido, un acorde, estallan en tu ser como la primera visita al mar.

Los procesos psicológicos van dando punto y liberando recuerdos dolorosos, lugares de la memoria que ya no producen temor de ser visitados. Reconciliación con personajes y conductas de la infancia que entran en una dimensión de mayor libertad, para ellos y para uno.

Algún tema se hace recurrente, algún asunto interno se muestra en todos sus aspectos.

Pronto es la mitad y luego falta menos.

Esto produce alegría y algo de inquietud. Este tiempo tan especial, podrá brindar todos sus frutos? Volveremos a ser quienes somos ahora, cuando regresemos al mundo de afuera?

Sin duda, se alcanza una paz que es duradera. La certeza de saber que podemos renunciar a cualquier cosa de este mundo y que podemos acceder a cualquier goce, pero el deseo ya no gobierna desde afuera, ahora nosotros le permitimos entrar cuando nos parezca.

Dicen que se templa el músculo de la voluntad. Dicen que se alivia el temor a la muerte segunda. Muchas más cosas beneficiosas se producen durante la cuaresma, entre ellas el regalo de un viaje a tu interior, la actualización de conexiones con otros como tú, ahora y antes y otro año de vida con los seres de afuera, donde el placer ahora será doble, pues es como si fuera por primera vez y sabe mejor porque el no tiene el poder y tú elegiste el goce.

Juan Carlos Gaviria

febrero 2022


Foto de Juan C. Gaviria 2014

cesta con vegetales bio / orgánicos. Iniciativa apoyada por el jardín botánico llamada: mano a mano.

Se creó una asociación gestionada por voluntarios que organizaba los intercambios entre productores y consumidores, cada semana, en el bohío del jardín botánico.



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