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SONIDO Y SENTIDO DE LAS PALABRAS

LA RELACIÓN ENTRE EL SONIDO Y EL SENTIDO DE LAS PALABRAS, VISTA DESDE EL CRATILIO DE PLATÓN

¿Existe un vínculo natural entre el sonido y el sentido de las palabras? ¿O ese vínculo depende de la decisión de los hablantes? Son preguntas que han inquietado a los estudiosos del lenguaje desde tiempos antiguos, y los siguientes párrafos están dedicados a reseñar las reflexiones filosóficas manifestadas al respecto por Platón en el diálogo Cratilo.

El nexo por semejanza entre significante y significado, conocido como simbolismo sonoro, es un tema que ha sido abordado por numerosos pensadores, desde disciplinas tan variadas como la filosofía, la musicología, la retórica y la lingüística. Ya en la Edad Antigua, pueblos como el de los griegos se interesaron por ese tipo de conexión entre las dos partes del signo.

Hay dos tendencias principales en las disertaciones referidas a la unión entre sonido y sentido dentro del signo lingüístico. En primer lugar, se ha planteado la idea de que las dos partes del signo están unidas en cada palabra por la simple anuencia de los hablantes, pero que los sonidos en sí carecen de un significado propio. Es lo que el lingüista Saussure llama carácter arbitrario o inmotivado del signo, y, como se desarrollará más abajo, Platón hace referencia a esta modalidad cuando habla de las palabras establecidas por convención social o por costumbre. En segundo lugar, se encuentra la idea de que el signo como unidad de sonido y sentido es producto de una génesis quizá independiente de la voluntad humana; Platón propone que este tipo de nexo entre sonido y sentido se daría por naturaleza. Saussure rechaza dicha posibilidad, mientras que Jakobson la reconoce como una modalidad en la que los sonidos de las palabras pueden transmitir un significado de manera “inmediata”, “autónoma” y “espontánea”, es decir, habría una “asociación natural e interna por semejanza entre sonido y significado” (Jakobson y Waugh 1987: 173-174), conocida en la literatura como simbolismo sonoro, fonosimbolismo, relación sonido-sentido, expresión y contenido, expresividad, iconicidad, etc.

En la tradición occidental, las primeras fuentes para estudiar el simbolismo sonoro provienen de la antigua Grecia. En el Cratilo, Platón se interesa por precisar si los sonidos de una palabra pertenecen a ella ‘por naturaleza’, φύσει (383a5), y en este caso tal palabra podría considerarse como una extensión sonora del objeto al que designa; o si dicha pertenencia ocurre solamente por el uso de los hablantes, es decir, ‘por convención y costumbre’, νόμῳ καὶ ἔθει (384d8). Para determinarlo, el filósofo presupone que las letras  pueden recibir cargas semánticas de carácter onomatopéyico que las hacen significativas por sí solas. De esta manera, si el sentido de una palabra corresponde al valor onomatopéyico de las letras que la componen, se podrá afirmar que esa palabra imita fonéticamente a su referente y que, por tanto, es su representación lingüística o, en otras palabras, le corresponde por naturaleza. Pero si el sentido de la palabra no es similar al valor onomatopéyico de sus letras, se considerará que pertenece a su referente solo por la convención de los hablantes. El análisis que Platón hace del material sonoro está fundamentado en lo que hoy podría llamarse un criterio articulatorio y distingue entre fonemas de carácter cinético (ρ, φ, ψ, ζ, ς, λ, ι = /r, ph, ps, sd, s, l, i/) y de carácter estático (δ, τ, γ, ν = /d, t, g, n/), lo cual se reflejaría tanto en su pronunciación como en el sentido de las palabras que conforman (411b-421c, 425d-427d). En correspondencia con esto, Platón sostiene que el movimiento es un principio universal de carácter positivo, porque propicia que el alma se desplace hacia el conocimiento, cosa que impide el principio de reposo, considerado entonces de carácter negativo. La clasificación fonológica es adaptada al eje conformado por ambos principios contrarios, partiendo de la mayor o menor fluidez en la corriente de aire durante la emisión de los sonidos. Por ejemplo, el autor interpreta que la consonante ῥ, a causa de la agitación de la lengua en el momento de pronunciarla, tiene la cualidad de expresar movimiento, y así lo prueba con palabras como ῥεῖν ‘correr’, τρόμος ‘temblor’, τρέχειν ‘correr’, κρούειν ‘golpear’, ῥυμβεῖν ‘rodar’, y otras. La vocal ι comunica una idea similar, debido a su comparativa fluidez articulatoria, como ocurre con ἵεσθαι ‘apurarse’ e ἰέναι ‘ir’. Las consonantes φ, ψ, ς y ζ, que tienen carácter “silbante” (427a2), permiten la formulación de palabras como ψυχρόν ‘frío’, ζέον ‘hirviente’, σεισμός ‘agitación’, y palabras relativas a la expansión o hinchazón de alguna especie: φυσῶδες ‘hinchado’. El movimiento de la lengua en la articulación de λ habría inspirado la creación de: ὀλισθάνειν ‘deslizarse’, λεῖον ‘liso’, λιπαρόν ‘fluido’. Al contrario, γ es un fonema de carácter estático, ya que comporta un detenimiento de la lengua; con frecuencia recibe la compañía de λ para transmitir la noción de algo viscoso: γλίσχρον ‘viscoso’, γλυκύ ‘dulce’, γλοιῶδες ‘resina’. Algo parecido ocurre en el caso de δ y τ, que se pronuncian aplicando una presión con la lengua y expresan ‘descanso’, στάσις, o encadenamiento: δεσμός ‘cadena’. La ν retiene la voz en el interior de la boca y sirve para formar: ἔνδον ‘interior’, ἐντός ‘adentro’. Por su parte, las vocales α y η, cuya pronunciación es prolongada, encierran un sentido de longitud: μέγας ‘grande’, μῆκος ‘longitud’. Mientras que la vocal o resulta estar relacionada con lo ‘redondo’, γογγύλον. Por otro lado, también se encuentra un gran número de palabras cuyo sentido no coincide con el potencial valor onomatopéyico de sus letras, y por ello son incluidas en el conjunto de las que corresponden al referente solo por convención social. El filósofo concluye que muchas palabras pueden tener una relación natural con su referente, aunque otras palabras definitivamente han de ser clasificadas como convencionales (432d11-435d3).

El valor del Cratilo para el estudio del simbolismo sonoro reside en que ésta es la síntesis conservada más antigua y completa de las dos posturas que han gobernado el tema hasta la actualidad. (El material anterior al Cratilo, fragmentario y menos sistemático, aunque también muy valioso, se encuentra revisado en Bernabé 1998.) Así, el diálogo de Hermógenes, Cratilo y Sócrates, y la lección de Pródico por cincuenta dracmas acerca del origen de las palabras, permiten confirmar, por una parte, la importancia que los griegos concedieron al nexo entre sonido y sentido en el lenguaje y, particularmente, en su propia lengua, y, por otra, la ostensible profundidad en la comprensión del problema entre los pensadores de la época. Autores posteriores parten del Cratilo para desarrollar sus lineamientos.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bernabé, A. (1998). Lingüística antes de la lingüística. La génesis de la indagación sobre el lenguaje en la Grecia antigua. Revista Española de Lingüística, 28 (2), 307-331.

Jakobson, R., y Waugh, L. R. (1987). La forma sonora de la lengua. M. Mansour (trad.). México, Fondo de Cultura Económica.

Lara Rincón, J. D. (2011). Risa y sonrisa en el lenguaje homérico. Estudios de expresión y contenido en Ilíada, 2.243-283 y 21.479-517. [Trabajo de grado de Maestría en Lingüística.] Mérida, Universidad de Los Andes.

Lupaş, L. (1972). Phonologie du grec attique. Paris, Mouton.

Obediente, E. (1998). Fonética y fonología. 3ra. ed., Mérida, Universidad de Los Andes.

Platonis opera (1967). J. Burnet (ed.). Oxford, Clarendon Press.

Saussure, F. de. (1967). Curso de lingüística general. A. Alonso (trad.). 6ta. ed., Buenos Aires, Losada.

West, M. L. (1992). Ancient Greek Music. Oxford, Clarendon Press.

 

LECTURAS RECOMENDADAS

Bernabé, A. (1989). Hechos “expresivos” en fonética griega. En: Actas del VII Congreso Español de Estudios Clásicos (Madrid, 1987). Madrid, Universidad Complutense.

Briceño Guerrero, J. M. (1995). América Latina en el mundo. 2da. ed., Barquisimeto, Gobierno del Estado Lara.

Briceño Guerrero, J. M. (2002). El origen del lenguaje. 2da. ed., Barinas, Fundación Cultural Barinas.

García de Diego, V. (1965). Diccionario de voces naturales. Madrid, Aguilar.

Hočevar, D. (2003). Movement and Poetic Rhythm. Helsinki, International Semiotics Institute.

Jakobson, R. (1976). Six leçons sur le son et le sens. Paris, Les Éditions de Minuit.

Jakobson, R. (1985). Lingüística y poética. A. M. Gutiérrez (trad.). Madrid, Cátedra.

Léon, P. (1993). Précis de phonostylistique: parole et expressivité. Paris, Nathan.

Magnus, M. (s.f.). A Dictionary of English Sound. http://www.trismegistos.com

 

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